Notas al pie. El tortuoso camino a Nördlingen

1  Para comprender la situación general, son de obligada lectura los libros de: GUTHRIE, William P.: Batallas de la Guerra de los Treinta Años. De la Montaña Blanca a Nördlingen, 1618-1635. Ediciones Platea, Málaga, 2016; LIVET, Georges: La Guerra de los treinta años. Davinci Continental, Barcelona, 2008; PARKER, Geoffrey: La Guerra de los Treinta Años. Editorial Antonio Machado, Madrid, 2004; POLIŠENSKÝ, Josef V.: The Thirty Years’ War.  New English Library, Londres, 1974; SCHILLER, Friedrich: The history of the thirty years’ war in Germany. A. L. Burt, Nueva York, 1897 y WILSON, Peter H.: Europe’s Tragedy: A History of the Thirty Years War. Londres, Penguin UK, 2010.

2  BORDEAU, Hombres y dinero, p.28. En la batalla de Montaña Blanca, el ejército católico contaba con la participación de 3 tercios valones (a las órdenes del conde de Bucqoy, del conde de Henin y del español Guillermo Verdugo), del tercio napolitano de Carlos Spinelli, los regimientos de caballos-corazas del valón Gauchier y el de coraceros de Baltasar de Marradas (MESA, Nördlingen, p.10).

3  BORDEAU, Hombres y dinero, pp.29-30; MESA, Nördlingen, p.10.

4  Para conocer este período: ALLEN, Paul C.: Felipe III y la Pax hispánica, 1598-1621. Alianza Editorial, Madrid, 2001; GARCÍA GARCÍA, Bernardo José (ed.): Tiempo de paces: La Pax Hispanica y la Tregua de los Doce Años. Fundación Carlos de Amberes, Madrid, 2009.

5  ESTEBAN RIBAS, Alberto Raúl: La batalla de Fleurus, 1622. Almena, Madrid, 2013.

6  DE LA ROCHA, El Ejército de Alsacia, pp.11-13.

7  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.454.

8  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.482.

9  MESA, Nördlingen, p.10.

10  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, pp.457-477.

11  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.485.

12  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.494.

13  DE LA ROCHA, El Ejército de Alsacia, p.19.

14  DE LA ROCHA, El Ejército de Alsacia, pp.9-17.

15  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.503.

16  Un análisis profundo de este período, con los escritos del diplomático y político Saavedra Fajardo: ALDEA VAQUERO, Quintín: España en Europa en el siglo XVII. Correspondencia de Saavedra Fajardo. Tomo III: El cardenal Infante en el imposible camino de Flandes, 1633-1634. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Real Academia de la Historia, 2008, 2 vols.

17  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.509.

18  Al respecto: MARTÍNEZ LAÍNEZ, Fernando: Una pica en Flandes. La epopeya del Camino Español. EDAF, Madrid, 2007; PAOLETTI, Ciro: “L’Italia e il Cammino di Fiandra”, en Congresso internazionale “Le armi del sovrano. Eserciti e flotte da Lepanto alla Rivoluzione Francese, 1571 - 1789”, Roma, Archivio di Stato, 6 de marzo de 2001; PARKER, Geoffrey: El ejército de Flandes y el Camino Español, 1567–1659. Alianza Editorial, Madrid, 2005; SÁNCHEZ, Jorge: El Camino Español. Un viaje por la ruta de los Tercios de Flandes. Editorial Dilema, Madrid, 2014.

19  Para un análisis exhaustivo de este ejército y de sus acciones en Alsacia: DE LA ROCHA, Carlos y CAÑETE, Hugo A.: El Ejército de Alsacia. Intervención española en el Alto Rihin (1633/34). Sátrapa Ediciones, Zaragoza, 2010.

20  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.510.

21  El número de efectivos con que debía contar este ejército fue oscilando continuamente a medida que se le iban añadiendo objetivos militares que cumplir a lo largo de su camino por el Rin. Además, supuestamente se le debían agregar tropas reclutadas en Alemania, pero que nunca se llegó a materializar (DE LA ROCHA, El Ejército de Alsacia, pp.35-38). 

22  MESA, Nördlingen, p.13.

23  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.514.

24  MESA, Nördlingen, p.13.

25  MESA, Nördlingen, p.14.

26  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, pp.514-517.

27  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.518.

28  NEGREDO, Guerra, p. 173.

29  NEGREDO, Guerra, p. 179.

30  Circuló un rumor que afirmaba que la muerte de Feria –el 11 de enero de 1634- había sido provocada por envenenamiento ordenado por el propio Wallenstein, preocupado por las victorias de Feria y el prestigio y ascendiente que adquiría en la corte imperial por sus acciones junto a Aldringen; así, Wallenstein temía que su contrato al Servicio del Imperio pudiera peligrar (MESA, Nördlingen, p.14).

31  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.521.

32  NEGREDO, Guerra, pp. 180-181.

33  NEGREDO, Guerra, p. 179.

34  GUTHRIE, Batallas, p.368.

35  GUTHRIE, Batallas, p.367.

36  GUTHRIE, Batallas, p.367.

37  GUTHRIE, Batallas, p.367.

38  GUTHRIE, Batallas, p.368.

39  GUTHRIE, Batallas, p.368.

40  GUTHRIE, Batallas, p.368.

41  A pesar de la amenaza católica sobre sus posiciones, tanto Bernardo como Horn no querían perder totalmente la iniciativa en el oeste, por lo que Bernardo dejó un destacamento para el asedio de Forchheim, mientras que Horn dejó tropas en la zona del lago Constanza y en Breisgau. Mantuvieron la presión en el oeste, sí, pero a costa de tener un ejército combinado débil, que posteriormente no quisieron arriesgar en un ataque directo contra las fuerzas católicas del rey Fernando (DELBRUCK, Dawn of modern warfare, p.210).

42  GUTHRIE, Batallas, p.369.

43  DELBRUCK, Dawn of modern warfare, p.210.

44  GUTHRIE, Batallas, p.369.

45  ENGERISSER y HRNCIRIK, Nördlingen, p. 78.

46  DELBRUCK, Dawn of modern warfare, p.210.

47  DELBRUCK, Dawn of modern warfare, p.210.

48  GUTHRIE, Batallas, p.369.

49  HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, p.15.

50  GUTHRIE, Batallas, p.369.

51  GUTHRIE, Batallas, p.377.

52  GUTHRIE, Batallas, p.369.

53  GUTHRIE, Batallas, p.369.

54  DE VERA, Victoria sobre Norlinga, p.100.

55  HOUBEN, Birgit: “La casa del Cardenal Infante don Fernando de Austria (1620-1641”, en MARTÍNEZ MILLÁN, José y HORTAL MUÑOZ, José Eloy (coord.): La corte de Felipe IV (1621-1665): reconfiguración de la Monarquía católica, Vol. 3. Polifemo, Madrid, 2015, pp.1679-170; PALENCIA, C.: El Cardenal Infante Don Fernando de Austria. Discurso pronunciado en la apertura de curso de La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Toledo, 1946; PUIG, Rogelio: “El cardenal-infante don Fernando de Austria, evocación militar de una gran figura histórica”, en Saitabi: revista de la Facultat de Geografia i Història, Nº. 8, 35-38, 1950-1951, pp. 66-71.

56  ARROYO, El marqués de Leganés, pp. 145-185; GUTHRIE, Batallas, p.371; HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, p.112.

57  HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, pp.111-112.

58  GUTHRIE, Batallas, p.371.

59  ELLIOT, El conde-duque de Olivares, p.520.

60  El joven infante contaba con un séquito acorde con su estatus principesco: en primer lugar, los llamados “Gentilhombres de la Cámara”, que eran Diego de Silva y Mendoza (marqués de Orani y de Almenara y caballero del hábito de Alcántara) que tenia el oficio de sumiller de Corps y capitán de las dos compañías de caballería de la guardia del Cardenal-Infante; Antonio Portocarrero Moscoso (marqués de Villanueva del Frezno, caballero del hábito de Calatrava; el marqués de Este (caballero de la Orden del Toisón de Oro), que era su caballerizo mayor; Beltrán Vélez de Guevara (caballero del hábito de Alcántara, e hijo del conde de Oñate); Valeriano Sfondrato (conde de la Rivera, Comendador de Guadalcanal, de la Orden de Santiago); Diego Sarmiento (caballero del hábito de Calatrava) y primer caballerizo; Alonso Pérez de Bivero (conde de Fuensaldaña, caballero del hábito de Alcántara); el duque de Nochera, como embajador extraordinario ante el rey de Hungría; Luís Lazzo de la Vega (conde de Puertollano, caballero del hábito de Calatrava), como mayordomo; Manuel de Guzmán (caballero del habito de Santiago, y miembro del Consejo Real de las Órdenes), como capellán y limosnero; Martín de Axpe (caballero del hábito de Santiago) como secretario de Estado y Guerra; disponía además de 8 pajes, todos ellos caballeros de diferentes hábitos; además, contaba con un secretario de Cámara –que también había sido honrado con el hábito de Santiago-, 4 ayudas de Cámara, 25 capitanes reformados que cobraban del sequito, como asesores militares y escolta; además, junto a estos hidalgos, el Cardenal-Infante disponía a su servicio de una multitud de servidores plebeyos: guardarropa, guardajoyas, caballerizos, criados, cocineros, camareros, etc. hasta una total de 1.100 personas. En total, se necesitaban 1.300 cabalgaduras (caballos, mulas y burros) –sin contar carruajes- para transportar este séquito (AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.81).

61  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.84.

62  MESA, Nördlingen, p.19.

63  Dado que el Milanesado era pieza fundamental de la presencia española en Italia, por su potencia económica pero también su estratégica situación, los gobernantes españoles siempre estuvieron extremadamente atentos a su defensa. En concreto, aquella estratégica zona era centro de las intrigas de franceses y venecianos; y la puerta de acceso norte al Milanesado era el lago Como, en la frontera con los territorios de los suizos grisones. Es por todo ello que, puesto que desde Milán partía el Camino español, que transcurría inicialmente por el Valle de la Engandina y Valle de la Valtelina, debía asegurarse esta vía por todos los medios, dada su importancia en las comunicaciones entre España, Italia y Flandes. El conde de Fuentes decidió erigir una fortaleza en un punto clave de la geografia alpina, Colico: erigida en el valle de la Valtelina, sobre una pequeña montaña, aislada, que controlaba el valle del rio Adda y el Mera. Los trabajos en el fuerte de Fuentes empezaron el 25 de octubre de 1603 y los trabajos concluyeron en 1612. En su construcción trabajaron Gabrio Busca -diseñador del fuerte-, y Giusieppe Piotto da Vacallo -ingeniero y arquitecto militar-, así como Ercole Negro y Cristobal Lechuga, que hicieron aportaciones y mejoras puntuales (MARTÍNEZ ARAGÓN, Lucio y FIOR, Michela: El Conde de Fuentes de Valdepero y el Fuerte de Fuentes en el Camino Español. Glyphos Publicaciones, Valladolid, 2015).

64  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.87.

65  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.87.

66  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, pp.90-91.

67  MESA, Nördlingen, p.20.

68  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, pp.92-94. En la muestra que se hizo en la villa, las fuentes españolas informan que se contaba con una fuerza de 9.240 infantes, agrupados en 123 compañías, y 2.020 jinetes, en 23 compañías (MESA, Nördlingen, p.16).

69  MESA, Nördlingen, p.17.

70  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.96.

71  MESA, Nördlingen, p.20.

72  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.97.

73  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.98.

74  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.99.

75  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.104.

76  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.104.

77  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, pp.100-102.

78  Además, el Cardenal-Infante contaba dentro de su séquito antiguos maestres de campo y altos oficiales reformados, así como 25 capitanes reformados, que hacían de enlace entre el estado mayor del Cardenal-Infante y las unidades de su ejército (AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.103).

79  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.107.

80  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.107. El detalle de las fuerzas es: el tercio napolitano del marqués de Torrecusa (15 compañías, 950 hombres), el tercio lombardo del conde Paniguerola (12 compañías, 800 hombres), el regimiento alemán del conde Salm (11 compañías, 2.400 hombres), el regimiento alemán de Wurmser (10 compañías, 2.150 hombres), caballería napolitana y lombarda del teniente general Gambacorta (18 compañías, 630 hombres) y caballería borgoñona del conde de Alberg (5 compañías, 450 hombres) (MESA, Nördlingen, p.17).

81  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.110.

82  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.112.

83  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.111.

84  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.112.

85  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.113.

86  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.113.

87  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.114.

88  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.115.

89  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, pp.115-116.

90  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.120.

91  En su libro “The road to Rocroi”, Fernando González de Leóm plantea la hipótesis que el ejército hispánico estaba desfasado, anquilosado, en parte por el origen aristocrático de sus altos oficiales, que apenas tendrían conocimiento ni experiencia de la guerra y que solo estarían al mando por su pertenencia a la nobleza. Si bien es cierto que en los últimos años de gobierno de la archiduquesa Isabel Clara Eugenia hubo un desorden militar en los generales del Ejército de Flandes, estas pugnas entre Álvaro de Bazán y Benavides, Carlos Coloma de Saa y Gonzalo Fernandez de Córdoba, y los fracasos cosechados en operaciones militares no se debieron a su falta de experiencia, sino a la falta de una jerarquía clara y a la rivalidad existente entre ellos, siendo reacios a cumplir las órdenes que les llegaban de otros nobles a los que consideraban iguales, pero no superiores. Como se demostró en Nördlingen, los mandos españoles -todos ellos aristócratas- cumplieron las órdenes del Cardenal-Infante y del marqués de Leganes. Y cuando el príncipe Fernando llegó a Flandes, los generales “díscolos” obedecieron perfectamente, dado que la cadena de mando estaba perfectamente clara y la autoridad del Cardenal-Infante incuestionada.

92  GUTHRIE, Batallas, p.370.

93  Guthrie invierte el sentido de la defensa: afirma que el reducto que miraba al sur estaba defendida por el Tercio de Toralto (750 efectivos); el centro por los regimientos de infantería de Salm y Würmser (1.500 en total), y el bastión situado más a la derecha por el regimiento de infantería de Leslie y el batallón bávaro de Fugger (1.650 en total); el tercio de Idiáquez (1.800 efectivos) se hallaba detrás, a corta distancia a modo de reserva inmediata, con los Tercios de Paniguerola y Guasco (1.800 soldados en total) un poco más retrasados. El flanco izquierdo abierto lo cubrían los regimientos de caballería borgoñona, La Tour (587 efectivos) y Arberg (450 soldados). Los 1.830 jinetes italianos de Gambacorta se hallaban a la derecha (GUTHRIE, Batallas, p.380). La explicación de la inversión en el orden de batalla hispánico en los reductos está profusamente explicada por Hrncirik, quien informa que las fuentes centroeuropeas se basaron en el informe de batalla del mariscal Horn, que atribuía la posición norte a los hombres de Leslie y Fugger; por el contrario, las fuentes españolas e italianas, lógicamente mejor informados de su propio despliegue, coinciden en que el tercio de Toralto ocupaba la posición del norte, y los alemanes el reducto del sur (HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, p.113).

94  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.130; CÁNOVAS, Estudios del reinado de Felipe IV, p.430; HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, p.21.

95  Formado por los regimientos de caballería de coraceros de Alt y Neu-Piccolomini, Piccolomini y Aldobrandini (GUTHRIE, Batallas, p.380). No obstante, la concreción exacta de la caballería presente en la defensa del Albuch, en sus cercanías y en el Schonfeld es imposible de conocer con certeza (HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, p.113).

96  Según Cánovas, entre 8 y 10 (CÁNOVAS, Estudios del reinado de Felipe IV, p.430); Guthrie indica un máximo de 14 (GUTHRIE, Batallas, p.380). Las piezas del Albuch podrían haber sido Imperiales, o españolas, dado que contaban con un mínimo de 10 piezas (MESA, Nördlingen, p.17) aunque Guthrie duda que lo fueran (GUTHRIE, Batallas, p.402).

97  AEDO, Viaje del Infante-Cardenal, p.130.

98  La plurinacionalidad del ejército de la Monarquía Hispánica en la defensa de la colina Albuch es evidente: el 51% de los efectivos eran alemanes, el 29% italianos, el 11% españoles y el 9% borgoñones (HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, p.94)

99  Las cifras de los defensores del Albuch -como en la mayoría de las batallas- no coincide entre las fuentes. Guthrie (GUTHRIE, Batallas, p.402) afirma que había unos 7.500 infantes, 3.000 jinetes y 14 cañones ligeros, mientras que Hrncirik afirma que eran unos 5.400 soldados de infantería y12 cañones (HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, p.113). La diferencia en la cifra puede venir derivada que en el primero incluye también en su relación a unidades cercanas (Paniguerola y Guasco), mientras que el segundo se ciñe a los tercios de Toralto (900 hombres), Salm y Würmser (1.500), Leslie y Fugger (1.500) e Idiaquez (1.500), como reserva detrás del reducto central; no obstante, las cifras son siempre aproximadas.

100  HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, p.22.

101  HRNCIRIK, Spanier auf dem Albuch, p.25.

102  Teniendo en cuenta la relación descrita en la Krieglisten -texto redactado a finales de 1634 o principios de 1635-, el ejército imperial disponía de los siguientes regimientos de infantería cuya presencia es altamente probable en Nördlingen: Alt-Breuner, Baden, Kehraus, Gallas, Beck, Venian-Lafosse, Strassoldo y Neu Waldstein (GUTHRIE, Batallas, p.401).

103  GUTHRIE, Batallas, p.380; PICCOUET, Armies, p.237.

104  La Krieglisten (principios de 1635) indica que los imperiales disponían en aquel frente de 140 piezas de artillería, de todo tipo; en otras fuentes aparecen 30 medios cañones, sin especificación de las piezas más pequeñas (GUTHRIE, Batallas, p.402).

105  GUTHRIE, Batallas, p.380.

106  GUTHRIE, Batallas, p.380.

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